Plegaria: Precario, pobre, obtenido a base de súplicas.

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Hereje: que puede elegir, que sigue sus propias ideas.

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Visto así pareciera que unir estos dos conceptos es un sinsentido...

 

Sin embargo, sabemos que la vida esta hecha de tensiones entre opuestos y que la magia de vivir radica en aprender la alquimia personalísima que mudara la mierda en abono y el polvo en camino.

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Hoy les acercamos nuestra propuesta: pequeñas ventanas que nos abran la mirada y nos fortalezcan el alma.

 

Pequeños espacios para acurrucarnos en silencio o danzar aullando alrededor. Que velen nuestros sueños y presidan nuestros debates, que sean el guiño cómplice que nos llevamos al salir de casa y la primera intimidad que reencontremos al volver.